Nadie da lo que no tiene

abril 22, 2007 a las 8:42 am | Publicado en Opus Dei | Deja un comentario
Diariamente recibo, hay que suscribirse, de la oficina de información del Opus Dei una selección de textos de San Josemaría. Los de hoy, me parecen muy apropiados para incluirlos en este blog, después de haber escuchado el evangelio correspondiente a la Misa de este domingo, donde el Señor le pregunta por tres veces a San Pedro ¿me amas?:

Convéncete: tu apostolado consiste en difundir bondad, luz, entusiasmo, generosidad, espíritu de sacrificio, constancia en el trabajo, profundidad en el estudio, amplitud en la entrega, estar al día, obediencia absoluta y alegre a la Iglesia, caridad perfecta… –Nadie da lo que no tiene. (Forja, 927).

No lo olvides: tanto mejor convencemos cuanto más convencidos estamos. (Forja, 929).

«No se enciende la luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero, a fin de que alumbre a todos los de la casa; brille así vuestra luz ante los hombres, de manera que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».Y, al final de su paso por la tierra, manda: «euntes docete» –id y enseñad. Quiere que su luz brille en la conducta y en las palabras de sus discípulos, en las tuyas también. (Forja, 930).

¿Que es vieja esa idea del catolicismo, y por tanto inaceptable?… –Más antiguo es el sol, y no ha perdido su luz; más arcaica el agua, y aún quita la sed y refresca. (Forja, 937).

Algunos no saben nada de Dios…, porque no les han hablado en términos comprensibles. (Forja, 941).

Créeme, el apostolado, la catequesis, de ordinario, ha de ser capilar: uno a uno. Cada creyente con su compañero inmediato. (Forja, 947).

Nadie da lo que no tiene

abril 22, 2007 a las 8:42 am | Publicado en Opus Dei | 7 comentarios
Diariamente recibo, hay que suscribirse, de la oficina de información del Opus Dei una selección de textos de San Josemaría. Los de hoy, me parecen muy apropiados para incluirlos en este blog, después de haber escuchado el evangelio correspondiente a la Misa de este domingo, donde el Señor le pregunta por tres veces a San Pedro ¿me amas?:

Convéncete: tu apostolado consiste en difundir bondad, luz, entusiasmo, generosidad, espíritu de sacrificio, constancia en el trabajo, profundidad en el estudio, amplitud en la entrega, estar al día, obediencia absoluta y alegre a la Iglesia, caridad perfecta… –Nadie da lo que no tiene. (Forja, 927).

No lo olvides: tanto mejor convencemos cuanto más convencidos estamos. (Forja, 929).

«No se enciende la luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero, a fin de que alumbre a todos los de la casa; brille así vuestra luz ante los hombres, de manera que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».Y, al final de su paso por la tierra, manda: «euntes docete» –id y enseñad. Quiere que su luz brille en la conducta y en las palabras de sus discípulos, en las tuyas también. (Forja, 930).

¿Que es vieja esa idea del catolicismo, y por tanto inaceptable?… –Más antiguo es el sol, y no ha perdido su luz; más arcaica el agua, y aún quita la sed y refresca. (Forja, 937).

Algunos no saben nada de Dios…, porque no les han hablado en términos comprensibles. (Forja, 941).

Créeme, el apostolado, la catequesis, de ordinario, ha de ser capilar: uno a uno. Cada creyente con su compañero inmediato. (Forja, 947).

Labor diaria

abril 20, 2007 a las 9:42 am | Publicado en Mis charcos, Opus Dei | Deja un comentario

Desde el primer sonido del despertador por la mañana comienza la pelea del día. Es importante vencer en ese primer asalto, de él suele depender la organización del resto del día.

La noche anterior, aunque tengo un horario habitualmente definido, programo lo que haré al día siguiente, cada día tiene su afán. Lo primero que hago es, sabiendo las tareas que tengo que realizar, ajustar la hora de cada norma o práctica de piedad. A partir de ahí, todo me va mejor, aunque reconozco que la lucha contra el reloj, la comodidad, la pereza y a veces también los imprevistos no son siempre triunfales. Lo bueno es que tengo la posibilidad de rectificar y el día siguiente vencerme en esa cuestión.

Es importante terminar el día haciendo un examen de conciencia: «Examen. —Labor diaria. —Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna?» (Camino, punto 235). Si nuestro examen es sincero, nos ayudará a descubrir las raíces de nuestros defectos, el inicio de un posible descamino. Es también un gran momento para pedir perdón al Señor y acudir a nuestro Custodio, que siempre está a nuestro lado, para que tengamos luces y pongamos propósitos para que evitemos faltas concretas, esforzarnos en alguna virtud, alejarnos de la tentaciones o que sepamos aprovechar las ocasiones que se nos presenten al día siguiente para mejorar.

El día podrá haber sido malísimo, cualquier complicación nos puede haber tirado por los suelos todo lo que teníamos previsto, pero hay dos normas de piedad que se, para estos momentos, que no hay que dejar de hacer: la oración y el examen de conciencia. Decía Santa Teresa: «Sin este cimiento fuerte (de la oración) todo edificio va falso». (Camino de perfección, 4, 5).

No nos debe asustar nuestra imperfección, somo barro de botijo como decía San Josemaría en la homilia «La esperanza del cristiano«. También es bueno recordar, ya dije en otra ocasión, que lo malo no es meter la pata, sino dejarla dentro. Si desgraciadamente ofendemos a Dios, tenemos el gran medio de la Confesión: ¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! —Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia! (Camino, punto 309).

Para terminar, escribo este punto de Forja que es bastante bueno para finalizar y proponerse una lucha optimista y alegre: La vida espiritual es —lo repito machaconamente, de intento— un continuo comenzar y recomenzar. —¿Recomenzar? ¡Sí!: cada vez que haces un acto de contrición —y a diario deberíamos hacer muchos—, recomienzas, porque das a Dios un nuevo amor.

Labor diaria

abril 20, 2007 a las 9:42 am | Publicado en Mis charcos, Opus Dei | Deja un comentario

Desde el primer sonido del despertador por la mañana comienza la pelea del día. Es importante vencer en ese primer asalto, de él suele depender la organización del resto del día.

La noche anterior, aunque tengo un horario habitualmente definido, programo lo que haré al día siguiente, cada día tiene su afán. Lo primero que hago es, sabiendo las tareas que tengo que realizar, ajustar la hora de cada norma o práctica de piedad. A partir de ahí, todo me va mejor, aunque reconozco que la lucha contra el reloj, la comodidad, la pereza y a veces también los imprevistos no son siempre triunfales. Lo bueno es que tengo la posibilidad de rectificar y el día siguiente vencerme en esa cuestión.

Es importante terminar el día haciendo un examen de conciencia: «Examen. —Labor diaria. —Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna?» (Camino, punto 235). Si nuestro examen es sincero, nos ayudará a descubrir las raíces de nuestros defectos, el inicio de un posible descamino. Es también un gran momento para pedir perdón al Señor y acudir a nuestro Custodio, que siempre está a nuestro lado, para que tengamos luces y pongamos propósitos para que evitemos faltas concretas, esforzarnos en alguna virtud, alejarnos de la tentaciones o que sepamos aprovechar las ocasiones que se nos presenten al día siguiente para mejorar.

El día podrá haber sido malísimo, cualquier complicación nos puede haber tirado por los suelos todo lo que teníamos previsto, pero hay dos normas de piedad que se, para estos momentos, que no hay que dejar de hacer: la oración y el examen de conciencia. Decía Santa Teresa: «Sin este cimiento fuerte (de la oración) todo edificio va falso». (Camino de perfección, 4, 5).

No nos debe asustar nuestra imperfección, somo barro de botijo como decía San Josemaría en la homilia «La esperanza del cristiano«. También es bueno recordar, ya dije en otra ocasión, que lo malo no es meter la pata, sino dejarla dentro. Si desgraciadamente ofendemos a Dios, tenemos el gran medio de la Confesión: ¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! —Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia! (Camino, punto 309).

Para terminar, escribo este punto de Forja que es bastante bueno para finalizar y proponerse una lucha optimista y alegre: La vida espiritual es —lo repito machaconamente, de intento— un continuo comenzar y recomenzar. —¿Recomenzar? ¡Sí!: cada vez que haces un acto de contrición —y a diario deberíamos hacer muchos—, recomienzas, porque das a Dios un nuevo amor.

Labor diaria

abril 20, 2007 a las 9:42 am | Publicado en Mis charcos, Opus Dei | 1 comentario

Desde el primer sonido del despertador por la mañana comienza la pelea del día. Es importante vencer en ese primer asalto, de él suele depender la organización del resto del día.

La noche anterior, aunque tengo un horario habitualmente definido, programo lo que haré al día siguiente, cada día tiene su afán. Lo primero que hago es, sabiendo las tareas que tengo que realizar, ajustar la hora de cada norma o práctica de piedad. A partir de ahí, todo me va mejor, aunque reconozco que la lucha contra el reloj, la comodidad, la pereza y a veces también los imprevistos no son siempre triunfales. Lo bueno es que tengo la posibilidad de rectificar y el día siguiente vencerme en esa cuestión.

Es importante terminar el día haciendo un examen de conciencia: «Examen. —Labor diaria. —Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna?» (Camino, punto 235). Si nuestro examen es sincero, nos ayudará a descubrir las raíces de nuestros defectos, el inicio de un posible descamino. Es también un gran momento para pedir perdón al Señor y acudir a nuestro Custodio, que siempre está a nuestro lado, para que tengamos luces y pongamos propósitos para que evitemos faltas concretas, esforzarnos en alguna virtud, alejarnos de la tentaciones o que sepamos aprovechar las ocasiones que se nos presenten al día siguiente para mejorar.

El día podrá haber sido malísimo, cualquier complicación nos puede haber tirado por los suelos todo lo que teníamos previsto, pero hay dos normas de piedad que se, para estos momentos, que no hay que dejar de hacer: la oración y el examen de conciencia. Decía Santa Teresa: «Sin este cimiento fuerte (de la oración) todo edificio va falso». (Camino de perfección, 4, 5).

No nos debe asustar nuestra imperfección, somo barro de botijo como decía San Josemaría en la homilia «La esperanza del cristiano«. También es bueno recordar, ya dije en otra ocasión, que lo malo no es meter la pata, sino dejarla dentro. Si desgraciadamente ofendemos a Dios, tenemos el gran medio de la Confesión: ¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! —Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia! (Camino, punto 309).

Para terminar, escribo este punto de Forja que es bastante bueno para finalizar y proponerse una lucha optimista y alegre: La vida espiritual es —lo repito machaconamente, de intento— un continuo comenzar y recomenzar. —¿Recomenzar? ¡Sí!: cada vez que haces un acto de contrición —y a diario deberíamos hacer muchos—, recomienzas, porque das a Dios un nuevo amor.

Benedicto XVI: 2º año de Pontificado

abril 19, 2007 a las 12:15 pm | Publicado en El Papa | Deja un comentario

De la web del Opus Dei:

Hoy se cumplen dos años del nombramiento de Benedicto XVI. Incluimos con este motivo algunos vídeos, fotografías y textos que resumen estos dos años de pontificado.

Benedicto XVI: 2º año de Pontificado

abril 19, 2007 a las 12:15 pm | Publicado en El Papa | Deja un comentario

De la web del Opus Dei:

Hoy se cumplen dos años del nombramiento de Benedicto XVI. Incluimos con este motivo algunos vídeos, fotografías y textos que resumen estos dos años de pontificado.

Consejos de Benedicto XVI para vivir bien y otras sugerencias más

abril 19, 2007 a las 8:18 am | Publicado en El Papa | Deja un comentario

Del blog de mi amiga Marta Salazar:

Benedicto XVI: diez reglas de Benedicto XVI para una buena vida.
La traducción no es literal, no hay nada que suene peor que traducir palabra por palabra del alemán al castellano. Pero les aseguro que respetaré el sentido. Se aceptan y piden correcciones, para mejorarla.

Leer más.

Consejos de Benedicto XVI para vivir bien y otras sugerencias más

abril 19, 2007 a las 8:18 am | Publicado en El Papa | 1 comentario

Del blog de mi amiga Marta Salazar:

Benedicto XVI: diez reglas de Benedicto XVI para una buena vida.
La traducción no es literal, no hay nada que suene peor que traducir palabra por palabra del alemán al castellano. Pero les aseguro que respetaré el sentido. Se aceptan y piden correcciones, para mejorarla.

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Se publica “Jesús de Nazaret”, el libro del Papa

abril 18, 2007 a las 10:27 am | Publicado en El Papa, Literatura | Deja un comentario

Fuente: Aceprensa

A finales de 2004, el cardenal Joseph Ratzinger comentaba al responsable de la revista «Communio» que después de su jubilación, que creía cercana, tenía previsto dedicarse a terminar el libro sobre Jesucristo que había comenzado a escribir durante el verano del año anterior. Sin duda, consideraba esa obra como la conclusión lógica de una vida dedicada al estudio teológico y a la actividad pastoral. A estas alturas, ya sabemos cómo continuó la historia. La jubilación no llegará nunca, pero el libro –en su primera parte– sí ha visto la luz, precisamente en el día del ochenta cumpleaños del autor y en las vísperas del segundo aniversario de su elección como Papa.

Para leer más, pincha aquí.
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